Maldigo el día en el que la inspiración
se me escapó de entre los dedos.
Maldigo el día en el que el ánimo se
convierte en un recuerdo lejos de ser encontrado.
Suelo acordarme que algo latía en mi pecho,
Mas el viento me devuelve su olor y no puedo
dejar de buscarlo, porque el pozo de dolor,
del que intento agotar el agua, nunca podrá
ser rellenado de otro color.
En mil veces que intento volar, mis alas se caen
como cualquier sueño al despertar.
Necesito una caricia por cada intento,
un aliento de fuerza por cada recuerdo.
Necesito que vuelvas antes de la muerte de mi conciencia.
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